lunes, 4 de febrero de 2013

Divina falsedad


amor,
amor muerto,
mi muerto amor,
tú.

Mi luz de cuando en cuando,
mi castigo,
hiel de mi,
hombre marchito.

La víscera podrida del eternamente beodo.
Un demonio que me amarra en su brasa;
y me inventa, y me ama en su hartura, y me aparta en su fastidio.

Embuste de mi vida, ardid de mi realidad.
Siempre con tu cara de césped sin rastillar y tu aliento tan fragante para las moscas,
siempre arruinando el fulgor de tu amada...






No hay comentarios:

Publicar un comentario